Una mañana soleada, atravesaron los rayos del sol por su ventana, y Paul se despertó positivamente pensando en que tenía que buscar su felicidad.
Pensó que sería un buen comienzo ir a pasear por el parque con su perro, Bolt. Mientras que caminaba, miraba al espléndido sol y cada vez se alegraba más.
De repente, se topó con una chica que ponía carteles en las farolas, porque perdió a su perrita, Chispa. La chica le preguntó “Perdona ¿Me podría ayudar a encontrar a mi perrita, si no es mucha molestia? Y Paul contestó: no hay ningún problema, y se pusieron a buscar a la perrita.
Una vez que encontraron a la perra, la chica le dio las gracias a Paul y se presentó, me llamo Eva y le dijo: Me encantaría agradecerte la ayuda, invitándote a una cena. Paul se quedó paralizado al escuchar esas palabras, porque jamás en su vida le había ocurrido que con algo tan pequeño, le pudiese hacer feliz a Paul.
Dicho esto, quedaron por la noche, Paul se estuvo preparando, pensando en como debía de ir vestido para que ella le encontrara atractivo. De camino al restaurante, se sentía cada vez más nervioso y a la vez emocionado. Eva se sorprendió por su look. Entraron al restaurante y se dirigieron al sitio más cómodo del restaurante. Al principio, estaban un poco tensos, porque no sabían que decirse, para romper el hielo, Paul, la dijo que le hablará de su vida para conocerla mejor.
Eva le contó como era su vida cotidiana, y Paul se dio cuenta de que la vida de la chica era mejor y que eso podría hacer que a él le ayudara a mejorar su vida.
Tuvieron una segunda cita para que Paul le contara mejor su vida.
Según como Paul contaba su vida, Eva se iba sintiendo cada vez más atraída por su historia y sin querer, ella estaba sintiendo mariposas en el estomago.
En la tercera cita, Eva le habló seriamente, le dijo todo lo que sentía por él, y Paul, empezó a temblar pensando que ella no quería nada con él, pero cuando empezó a hablar Eva, le cogió la mano y le apretó fuerte, y le dijo, lo que te voy a contar no es lo que estas pensando, es que siento algo por ti y quiero decirte, que si te gustaría seguir esta relación. Paul, no supo como reaccionar y entonces la chica le dio un beso. Salieron del restaurante cogidos de la mano.
Al llegar a casa de Paul, este dijo: ¿Quieres quedarte? Eva contestó: Si no es mucha molestia ¿De verdad no te molesta?, Paul contesto: sería más molestia si tu no estuvieses.
A la mañana siguiente los rayos del sol llegaron muy fuertes por su ventana y Paul entonces capto el mensaje de los rayos, el pensó que lo que le estaban queriendo decir, es que su vida iba a ser buena gracias a Eva, y dio gracias.